Brasil, que inició una campaña contra el espionaje electrónico de EE.UU., alegó las mismas razones de seguridad nacional para justificar a sus propios espías, después de que un diario reveló que vigilaron a diplomáticos de Rusia, Irán e Iraq.
Según el matutino Folha de Sao Paulo, la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) espió las actividades de diplomáticos de esos tres países en Brasilia, tanto en sus embajadas como en sus propias residencias. Las operaciones se realizaron en 2003 y 2004, durante el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva.