La playa de Copacabana amaneció con una montaña de 40 toneladas de basura, formada por todos los desperdicios que fueron arrojados el lunes en los arenales cariocas, un festivo en Río de Janeiro, y que el ayuntamiento recolocó en un único punto para concienciar a los habitantes de la ciudad.
La exposición de la basura, que duró varias horas, provocó un fuerte impacto sobre los habitantes de la ciudad que observaban y debatían sobre la cantidad de deshechos que se acumulan en un día.