- Mursi, acusado de instigar las agresiones, podría enfrentarse a la pena de muerte.
El depuesto presidente de Egipto Mohamed Mursi llegó a la cárcel de Burg al Arab en la ciudad septentrional de Alejandría, tras el inicio del juicio contra él y otros 14 dirigentes islamistas, informaron fuentes de los servicios de seguridad egipcios.
Mursi, que fue trasladado en helicóptero desde la sede del Tribunal en El Cairo, permaneció retenido por los militares en un lugar desconocido desde su destitución, el pasado 3 de julio, hasta ayer.
En la sesión del juicio, que ha sido aplazado hasta el 8 de enero, Mursi se mostró desafiante y dijo en varias ocasiones que sigue siendo el presidente de la república, al tiempo que rechazó la competencia del tribunal para juzgarlo.
Pero más allá de los aspectos procesales, la atención de todos los presentes se centraba en observar el estado y la actitud de Mursi, incomunicado y en paradero desconocido desde que fue destituido y arrestado por el Ejército el pasado 3 de julio. Mursi no decepcionó a sus seguidores.
Su actitud desafiante no se quedó solo en el lenguaje, sino que se extendió también a los gestos, como en su decisión de entrar en la jaula de los acusados vestido de civil, de traje y camisa, frente al mono blanco que llevaba el resto de imputados.
Los hechos se remontan al pasado 5 de diciembre, cuando al menos 10 personas murieron y otras 600 resultaron heridas en el ataque de seguidores de Mursi sobre manifestantes que protestaban frente al Palacio Presidencial contra el polémico decreto que había emitido el entonces mandatario y que lo colocaba por encima de la justicia.