Un paisaje lunar desde hace casi un año en lo que fue el lecho de un río y el lamento creciente de la población forman parte del nuevo capítulo de la crisis hídrica en el estado brasileño de Sao Paulo, cuyas autoridades admiten que lo peor todavía puede estar por llegar.
La capacidad de las presas Cantareira, que abastece a 6.5 millones de personas en Sao Paulo, continúa cotizando a la baja.