Mientras trabajaba como cajera en una tienda de "chinito", quizás Kathyana Castillo jamás pensó que tiempo después se llegaría a convertir en una de las panameñas más influyentes en el país, en el mundo fitness.
Tampoco, con seguridad, era algo que podían contemplar otrora sus profesores de Educación Física en el colegio, ya que Kathyana era la típica muchacha que prefería ver esta asignatura desde las graderías. "Siempre decía que me dolía una uña, que me dolía la cabeza, que tenía cólicos. Siempre tenía una excusa".