Tener una adicción no discrimina a nadie, es un camino amplio, lleno de engaños que, a su paso, deja destrucción familiar, problemas económicos y, sobre todo, destrucción a la persona.
Aunque su salida es estrecha, llena de muchos obstáculos, pero no imposible de superar. Esto lo sabe muy bien Víctor Molinar, quien fuera representante suplente de un corregimiento de la costa colonense.