Pit, pit, pit, ¡muévete, avanza!, es el rezar que a diario se escucha en las diferentes avenidas del país, producto del tranque vehicular. Mientras unos esperan con ansias a que cambie la luz roja del semáforo, otros van desesperados porque están contra el tiempo.
La poca tolerancia, el estrés y el hostigamiento de estar sentado frente a un volante son algunas de las principales razones que desatan la ira en algunos choferes, tanto en el transporte público como en el sector particular.