Contrario a la masiva marcha que hubo el pasado 13 de julio, por parte de las iglesias católica y evangélica en rechazo al proyecto de ley 61 sobre educación sexual, la concentración de ayer por el sí no tuvo tanta concurrencia.
Más que una reunión, se dio una fiesta en donde todos con pancartas en manos, globos blancos, verdes o lilas gritaban que necesitan urgentemente esta ley. Otros con cabellos muy coloridos y vestimentas extravagantes coreaban consignas a favor del proyecto de ley.