Paredes con historias de vidas pasadas, oscuras y con un olor a muerte, así están algunos caserones abandonados que aún se esconden entre la cambiante ciudad capital.
Alberto Ruiz vive en Santa Ana y aseguró que hay historias que giran entre muchos de esos caserones, algunos dicen que hay narcos que guardan dinero en estos sitios y lo buscan en la noche; otros, que algunos que se quemaron tienen sus almas perdidas allí, pues durante la noche se escuchan ruidos extraños.





