El juegavivo y la robadera de electricidad al parecer tienen sus días contados con los medidores prepago, que se están instalando en muchos barrios populares del país.
Este experimento se inició en el proyecto Curundú, donde algunos moradores están contentos con este sistema y otros no lo quieren.
Una de las moradoras que está contenta es Juana de Hinestroza, residente en la torre 6 del proyecto Curundú, quien expresó que ella era una de las que nunca pagaba el recibo de la luz, pero ahora controla su gasto de energía.