Los Carnavales en la ciudad de Las Tablas se han convertido en una actividad meramente comercial, donde el desenfreno de nuestra juventud se ve a lo largo y ancho del famoso parque Porras, pero a pocos minutos diversos pueblos como El Sesteadero, no permiten que muera el verdadero sentir de los carnavales santeños.
Los tambores, las cajas, la cantalante se mezcla para convertirse en un verdadero tamborito donde mujeres, hombres niños y niñas improvisan cantas o tonada alegre del diario vivir del hombre del campo.
