La historia de una joven que adoptó la apariencia de un hombre a causa de un trauma infantil y fue después transformada en princesa a golpe de bisturí en un programa de televisión ha acaparado una fuerte atención en Corea del Sur, la meca de la cirugía plástica.
Bae So-young, funcionaria del Servicio de Aduanas, fue víctima de acoso sexual y de un intento de violación a los 15 años. Ella fue sometida a una reducción doble de mandíbula, cirugía de pómulos y ojos.