Esto se debe a que muchas veces los dueños están trabajando o muy cansados y no tiene tiempo para sacar a la mascota a dar un paseo o jugar, por lo que terminan encerrados, sin realizar actividad física alguna, moviéndose solo para hacer sus tareas más indispensables.
Además, aunque usted no lo crea, otros adquieren hábitos alimenticios de la familia con la que conviven diariamente.