Hartos de grafitis que ensucian las paredes de sus edificios o de ver el mobiliario urbano cubierto por todo tipo de material publicitario, cientos de romanos han decidido emplear su tiempo libre en liberar su ciudad de cualquier forma de vandalismo que "mine su decoro".
Paseando por las calles romanas es posible toparse con un grupo de personas limpiando paredes, ataviadas con un chaleco en el que puede leerse "voluntario del decoro" y en medio de un ambiente casi lúdico.





