Primero con un gol de magnífica factura y luego con un penal que no debió ser pitado, Neymar salió al rescate de Brasil al imponerse 3-1 ante Croacia en el partido inaugural de la Copa del Mundo.
Cuando la sensación que cundía en el estadio Itaquerao era de un amargo empate para el anfitrión, el árbitro japonés Yuichi Nishimura pitó la pena máxima al juzgar que el zaguero croata Dejan Lovren derribó a Fred dentro del área. Pero fue a todas luces una decisión rigurosa: Lovren livianamente jaloneó al delantero brasileño, que se tiró al piso.