Así como lo prometió, se cumplió, el Silvestrismo se tomó la noche del viernes en Panamá.
El contagioso vallenato de Silvestre Dangond y su acordeonista Lucas Dangond, pusieron a cientos de fanáticos venezolanos, colombianos y panameños a brincar.
Fue un concierto controversial, desde reclamos de Silvestre a dos fanáticos, una dama y un caballero a quienes les pidió más recato y menos groserías contra él, como la tumultuaria trifulca que aunque deslució el evento, no lo detuvo para seguir cantando.





