La imagen de Cristiano Ronaldo, recibiendo el Balón de Oro, será recordada por muchos, debido a que se quebró como todo un niño entre llantos.
Este panorama es el reflejo de su pasado, cuando niño fue reconocido como un chiquillo llorón.
Detrás del mejor jugador del mundo se esconde un pasado, en el que un solitario pequeño, que solía llorar en su cuarto, era molestado por sus compañeros del Sporting de Lisboa, por su acento portugués.





