Reflexionar es un ejercicio que poco hacemos, particularmente durante estas fechas. El consumismo en toda su expresión y el escandaloso ruido que provoca la sobreabundancia de los que tienen demasiado, por encima de los que no tienen nada, es alarmante.
El escenario es más ruidoso y contradictorio en los contextos religiosos, precisamente por la letra de los evangelios y la manera como la fe es materializada por algunos pseudos líderes de la pretendida cristiandad.