Un turista pone sus pies en un salón spa de peces en Bali, Indonesia. Hace una década, Bali, famosa por sus playas de arena blanca y las zonas comerciales, fue abandonada después de los atentados suicidadas que mataron a 202 turistas, en su mayoría extranjeros, en 2002.
Pero la isla hindú conocida por sus complejos turísticos ha trabajado para superar esa mala imagen y el año pasado recibió casi 3 millones de visitantes, que también fue impulsada por la filmación de la película Comer, rezar, amar, de Julia Roberts.