Damari González, la poetisa de Urracá, no se cansa de darle las gracias al Señor por el milagro que le hizo de regalarle un carro para movilizarse hacia su comuna en La Mina de Atalaya.
Ella confesó que Dios puso su mano en este trámite, pues desde que comenzó los papeleos para el préstamo ningún banco se lo aprobaba, porque su trabajo de cantarle a Dios no tiene credibilidad.