Normalmente cuando se visita el gimnasio Pedro Rockero Alcázar, durante el mediodía, se puede observar la escasez de boxeadores profesionales y personas que van a tonificar su cuerpo.
Pero ayer no fue el caso. El recinto ubicado en Curundú estaba repleto de boxeadores sudando la gota gorda para mantenerse en condiciones y así enfrentar con éxito sus futuros compromisos.