Es intangible y efímera, pero todos ansiamos la felicidad por lo extraordinario que nos hace sentir. Ojalá fuera posible guardar esos momentos de dicha en una botellita para destaparla y atraparla cuando nos sentimos triste.
Eso sería fabuloso, porque todos los seres humanos anhelamos que ese sentimiento toque la puerta y entre a nuestra vida, transforme nuestra alma, active el brillo de los ojos y pinte de colores nuestra existencia. Lamentablemente así como llega se va.