Estados Unidos/AP. El venezolano Jhoulys Chacín trabajó siete “innings” en blanco y aportó un sencillo remolcador para que los Rockies de Colorado rompiesen su racha de siete derrotas seguidas al vencer 7-1 a los Nacionales de Washington.

Chacín (6-3) maniató a Washington al permitir cinco “hits” y conceder un boleto, con tres ponches. El derecho ganó su tercera apertura seguida.

DJ LeMahieu sacudió su primer jonrón y el sencillo productor de Michael Cuddyer en el primer episodio extendió a 20 su racha de juegos bateando de “hit”.

En su faena monticular, Cuan permitió 8 imparables y tres carreras, dos de ellas producto de cuadrangulares y cuando abandonó el juego, St. Lucie perdía 3-2.

Cuan ponchó a seis enemigos, regaló dos bases por bolas, dejó su efectividad en 3.79 y al irse sin decisión, su marca de victorias y derrotas se mantiene en 6-1.

Nash solo tiene que hacer un recorte de dos jugadores, del preseleccionado de 20.

Ruiz se comió un ponche y su promedio de bateo bajó a .227. En su regreso, luego de perderse 26 juegos por un tirón en el muslo, el “catcher” tiene 3 imparables en 15 turnos para un promedio de .200.

Ayer, los Filis le ganaban 7-1 en la sexta entrada, pero Nueva York le empató el juego en la novena y Filadelfia marcó la de la diferencia en el cierre de esa entrada.

Rivera volvió a ser una máquina de tirar “strikes”, al poner en la zona buena 13 de sus 16 lanzamientos, con los que retiró a los cuatro que enfrentó.

Con su rescate 26, Mariano igualó a Jim Johnson, de los Orioles de Baltimore, en el liderato de esa estadística en la Liga Americana.

Ayer, el veterano “tirapiedras” de los Yanquis comenzó su faena ante Evan Longoria, a quien anuló por la vía del ponche con tres rectas cortas “cutter”.

París/ EFE. La excandidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt hizo "un llamamiento a la responsabilidad" de las partes negociadoras en su país, a las que pidió que no utilicen el "chantaje a la paz" porque en este proceso "Colombia se está jugando su historia".

Los balones de fútbol representan las 500,000 personas asesinadas en los últimos diez años en Brasil.