Las dioxinas y furanos constituyen un grupo de compuestos químicos que son contaminantes ambientales persistentes y se encuentran en el medioambiente de todo el mundo, se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales.
Estos compuestos tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y, de ese modo, causar cáncer.





