Al principio no le gustaba. Cuando Felipe Coye, de 55 años, se quedó sin trabajo hace 11 años, supo que tenía que buscar algo que le dejara una entrada económica para mantener a su mamá. En ese momento se le presentó la oportunidad de ganarse la vida vendiendo periódicos, y no la desaprovechó.
Antes de convertirse en canillita, laboró 28 años para un ministerio del gobierno, también trabajó para una empresa en la Zona Libre de Colón.





