Pedro cursa el tecer grado, es un niño aplicado, participa y presta atención en clases. En su casa recibe apoyo de su madre, quien lo pone a estudiar en las tardes y para verificar, le hace pequeñas pruebas. Entre ganchos, dos y tres cruces, el menor puntúa entre 4.0 y 4.5.
Al día siguiente, cuando llega la hora del examen, de a malas escribe su nombre. Sus padres, preocupados, buscan apoyo en una tutora, pero en el siguiente examen tampoco pasa del 2.0. El padre le pregunta ¿qué pasa? Y el niño, cabizbajo y con voz tenue responde: me puse nervioso ¡Como que nervioso!





