También sienten dolor. Los animales domésticos comestibles no hablan ni lloran, pero aunque usted no lo crea, sufren igual que un ser humano al momento de morir.
Razón suficiente para que antes de sacrificar a un animal, tome las medidas necesarias, de manera que no sientan el dolor de la muerte, explicó el veterinario José Luis Torres, quien defiende la honra de los animales.