El lugar perfecto. Cuando se habló de la construcción de un aeropuerto internacional en el interior del país, hubo un tira y jala muy grande entre las ciudades de Río Hato, Aguadulce, Chitré, entre otras, pues sus respectivas autoridades sabían que una infraestructura como esta traería progreso a la región.
Después de muchos estudios, el Gobierno decidió que el lugar perfecto para construir el aeropuerto era Río Hato, ya que tenía la infraestructura del que habían construido los estadounidenses.