Cochinada. No se puede vivir entre heces, aguas sucias, mal olor y, encima, bichos, dijo Alma Moreno, moradora de la Avenida A, en San Felipe.
Un tanto disgustada, Moreno afirmó que los niños tienen que brincar, bordear y hacer malabares para poder cruzar el charco de aguas negras que rodea su vivienda.
Lo que más le preocupa es que corren el riesgo de enfermar, ya que caminan encima de las aguas con heces, pues no les queda de otra.
El problema se origina en una pequeña tubería que proviene de uno de los caserones, ubicados en la avenida A.





