Apretujados. Taxis, diablos rojos, metrobuses y autos particulares hacen que el Mercadito de Calidonia y las avenidas B y México constituyan un dolor de cabeza para conductores y peatones.
El área se ha quedado chica y esto obliga a los conductores a meterse a los carriles de manera temeraria o a sonar excesivamente las bocinas para salir del lugar. La avenida B tiene tres carriles, pero uno lo usan de estacionamiento, lo que congestiona el tráfico.





