Migdalia Araúz tiene casi 30 años de vivir en el caserón y reconoció estar cansada de pedir al Gobierno una ayuda que nunca les ha llegado.
Según Araúz, a los residentes no les importa que les cobren una mensualidad por una mejora habitacional, ya que lo que desean es mejorar su calidad de vida, sin tener que deberle nada a nadie.





