U n día como cualquiera, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito que este viera cuan pobre era la gente que vive allá. Pasaron todo el día y la noche en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
Padre: ¿Qué te pareció el viaje?
Hijo: Muy bonito, papá.
Padre: ¿Viste lo pobre que puede ser la gente?
Hijo: Sí
Padre: ¿Y qué aprendiste?





