Moza, la felicidad se ha ido lejos. Hace meses que la sonrisa de un niño y que el inmenso mar no me llena de alegría, todo me da odio y dolor, porque mientras muchos le sonríen a la vida, la mía es un desastre.
Solía gritarle a la vida que la felicidad vivía en mí, pero eso ya pasó y solo respiro angustias. Mi problema empezó en agosto, cuando me enteré de que mi esposo tenía una doble vida. Todo el mundo que me construyó es falso, tiene otra familia, tiene una esposa un año antes que yo, dos hijos y hasta una casa. ¡Qué dolor!