La vitamina A (retinol) repara los tejidos, es importante para la vista, combate bacterias e infecciones y ayuda a la formación de huesos y dientes.
Está presente en pollo, pescado, acelgas, berros, espinacas y zanahoria.
Las vitaminas del grupo B inciden significativamente en los cambios de humor y en el rendimiento del cerebro. Un ejemplo de ello es la tiamina o vitamina B1, imprescindible para el buen funcionamiento del sistema nervioso y la cual, además, provoca apetito y ayuda al crecimiento y al buen estado de los músculos.