Su esposa Sixta de López narró a DIAaDIA que él salió en la noche de su casa a comprar unas cervezas, pero no regresó y como a las tres de la mañana escuchó a los perros ladrar, pero no se levantó, porque él le había prohibido salir de la casa cuando estaba sola.
Al momento de ser encontrado tenía muy apretado en sus manos un billete de $20.00, pero sus bolsillos estaban afuera de sus pantalones y tenía la camiseta rasgada.