Moza: Conocí hace un par de añitos a un muchacho en el mismo grupo juvenil de la iglesia y nos hicimos buenos amigos. El tiempo pasó y nuestra amistad se fortaleció y bueno, Moza, cometí el error de cruzar la delgada línea entre la amistad y el amor y me enamoré de él sin planificarlo.
Comenzamos a jugar con caricias, tuvimos relaciones y debo confesarte que él fue el primero en todo.