No se asusten, que no le pasó nada malo, gracias a Dios. Lo que sucede es que Angie, de la manera más tonta, tropezó con la esquina de la pared de su casa y se fracturó un dedo del pie izquierdo. ¡Áyala!
Según Angie, el golpe fue tan fuerte que el dedo se le hinchó y no podía usar zapatos, por lo que utilizó por dos días chancletas para salir a la calle. ¡Ay, madre!





