Si hay algo en esta vida que me puede estresar son aquellas madres que quieren tratar a un niño como un adulto. No lo dejan correr, reír...
Ejemplo de ello lo viví el pasado fin de semana cuando salí a comer con mi amiga. En la mesa de al lado había una chica con su niño de unos tres años. Este se encontraba con otro niño mayor y jugaban con unas burbujas, se veían entretenidos con su imaginación.