Hiram creció en un hogar sin amor. Nunca vio a su madre derramar una lágrima. Su padre fue siempre frío y áspero. El más grande temor de Hiram en la vida era de que llegase a ser lo que su padre ya lo consideraba: un fracaso. A sus 17 años, pesando solo 55 kg, Hiram se enroló en la Academia Militar de los Estados Unidos. Él no quería asistir a la Academia Militar. De hecho, la menospreciaba, pero no se atrevió a desafiar el deseo de su padre.
Al comienzo se desempeñó pobremente en sus estudios, pero, al adaptarse, sus calificaciones mejoraron gradualmente.