Buenos días, señora Moza: Usted es buena gente, ayuda a muchas personas.
He visto cómo tiene un consejo para todas las personas que están mal.
Mi alma está derrotada y afligida, una mujer me robó el amor de mi vida. Hoy le escribo porque ya estoy un poquito mejor, pero en el fondo estoy mal. Sucede que esa mujer, la que me quitó el amor de mi vida, es mi hermana pequeña; a ella la crié porque me la traje del interior. Ahora ella tiene 20 años y yo 35, mi esposo tiene 36 y es muy guapo.