Al ir conociendo a Dios y escudriñando sus escrituras, descubrimos muchas claves sobre nuestro propósito, por lo cual hemos venido a este mundo.
Es entonces cuando empezamos a conocer a Dios e identificamos que todo cobra sentido en nuestra vida. La palabra de Dios relata la vida de José (Génesis 37:1-50).
José no tenía nada de especial para los demás, excepto para Dios; era el hijo menor de Jacob, amado por su madre y odiado por sus hermanos, que lo miraban con celos. A los 17 años de edad, Jacob le regaló a José un manto de colores.





