Los quejosos expresaron que desde el año pasado vienen padeciendo esta situación. Lo que más temen es que una de las culebras que salen del monte cada vez que llueve muerda a uno de sus hijos.
Otro de los problemas que los aqueja es el mal estado en que se encuentran las calles, porque por los enormes huecos que tienen se hace difícil transitar por ellas.





