Para poder aprender idiomas como el castellano, el francés, el inglés o el portugués, los niños se las tienen que ver con cinco vocales y unas 22 consonantes (con las variaciones de la ñ, la ch o la ç) y descifrar cómo combinarlas para el habla.
Los pequeños en japoneses, en cambio, la tienen un poco más difícil: durante los seis años que dura la educación primaria deben aprenderse 1.006 signos -los que se conocen como kanji-, lo que implica un verdadero desafío para la memoria.