La comunidad darienita de Jaqué, muy cerca de la frontera con Colombia, en muchos aspectos refleja la realidad de la "provincia olvidada de Panamá".
Lo primero que resalta es su belleza natural, algo que es ignorado por el Gobierno, que no termina de ejecutar una política turística que incluya a los pueblos de Darién, sobre todo a los de difícil acceso.
Y lo segundo es la alegría característica del darienita, algo que en Jaqué es fácil de percibir entre los niños y niñas que regalan entusiastas sonrisas a los pocos visitantes que llegan al pueblo.