El martes 5 de septiembre, nunca se borrará de la mente de Irene Mendoza, de 47 años, pues ese día sintió que volvió a nacer.
Eran las 11:00 a.m. cuando cruzaba el puente sobre el río Palomo que comunica El Colmenar con Santa Marta, junto a ella iba su vecina Angélica con sus tres niñas.
Los trabajadores habían quitado una lámina de acero y les dijeron que cruzaran por los tubos, de pronto ella solo se vio colgada del puente y luchando para no caer.





