El partido entre Panamá y Bolivia arrancó hoy superados los contratiempos previos de lluvia y fuerte viento que acompañan a la tormenta tropical Colin, que deslució algo el espectáculo de unas gradas con menos color del habitual en una Copa América.
Mientras Colin toca tierra en la costa de Florida con vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros y rachas todavía más fuertes, en el estadio Camping World, una vez comenzó a rodar el balón, poca gente se acuerda ya del estado de emergencia decretado hoy por el gobernador, Rick Scott.