Poco más de 24 horas después de haber sido secuestrado, el futbolista mexicano Alan Pulido quedó a solas con uno de sus captores y vio una oportunidad.
El delantero del club Olympiacos forcejeó, lo sometió, le quitó la pistola y el celular, y llamó al número de emergencias.
En cuestión de minutos, el futbolista estaba libre. Un reporte oficial resume las tres llamadas a un número de emergencias que hizo Pulido.





