El boxeador Manny Pacquiao, quien promueve activamente su campaña para obtener una banca en el Senado de Filipinas, habría sido amenazado de un posible secuestro por un grupo extremista.
Pacquiao dijo ayer que dudaba de la amenaza, aunque no la desestimaba, si bien tuvo poca seguridad visible durante su campaña en la provincia de Laguna, donde estrechó manos y permitió que los residentes entusiasmados se tomaran "selfies" junto con él.





