Estivenson Girón, director de la Caja de Seguro Social (CSS), desmintió que haya desabastecimiento en la entidad y se mantiene firme en que actualmente hay un 90% de medicamentos disponibles en las farmacias de todo el país.

Lo que sí aceptó es que hay déficit en ciertos medicamentos, pero no es por la falta de interés de la CSS, sino que algunos no mantienen los registros o la medicina ha salido de comercialización.

La propuesta, según el funcionario, es reemplazarlos por otros con igual funcionamiento, pero es a lo que muchos se oponen.

El hospital San Miguel Arcángel, ubicado en el distrito de San Miguelito, es uno de los nosocomios de la ciudad con más movimiento de pacientes y atenciones diarias, pero a pesar de esto, mantiene un déficit de 25% de su personal. Solo en urgencias se atiende un promedio de 600 casos diariamente.

El doctor Rafael De Gracia Ruiz, director médico general del hospital, explicó que la falta de personal es en todas las áreas, pero se trata de dar la atención necesaria, pues están a la espera de que nuevo personal sea insertado en el lugar.

A rejo de sol y en una inmensa fila estuvieron padres de familia y sus hijos con tal de cobrar la Beca Universal en la sede del Instituto para la Formación y el Aprovechamiento de los Recursos Humanos (Ifarhu) en San Miguelito.

El Ifarhu en un comunicado aclaró que pagarán en las sedes regionales y provinciales únicamente a los estudiantes que no se presentaron a la escuela el día de pago.

El hospital San Miguel Arcángel, ubicado en el distrito de San Miguelito, es uno de los nosocomios de la ciudad con más movimiento de pacientes y atenciones diarias, pero a pesar de esto, mantiene un déficit de 25% de su personal. Solo en urgencias se atiende un promedio de 600 casos diariamente.

El doctor Rafael De Gracia Ruiz, director médico general del hospital, explicó que la falta de personal es en todas las áreas, pero se trata de dar la atención necesaria, pues están a la espera de que nuevo personal sea insertado en el lugar.

Después de sobrevivir a incendios y ser la zona más temida por algunos panameños por los casos de violencia y muertos registrados cerca del área, la popular barraca conocida como la Good Year, ubicada en Santa Ana, dejó de existir.

Bastaron pocos minutos para que el polvo y la tierra cubrieran lo que una vez fue el hogar para más de 80 familias que, a pesar de las condiciones poco humanizadas en que vivían, vieron florecer sus vidas en ese lugar.