A los 6 años, una niña ya comprende que su apariencia física es un aspecto vital de su identidad, y que su cuerpo es su punto de venta ante el mundo que la rodea.
El bombardeo mediático al que están expuestas las niñas donde la imagen, vestimenta y marketing manifiestan la falta de respeto y la objetivación de las mujeres, afecta el desarrollo de su autoestima, la creencia en su capacidad de lograr lo que se proponen en la vida y la relación con su cuerpo.